Para empezar debemos definir qué significa secreto
profesional ya que éste va más allá de la prudencia, es una obligación ética
que vela por respetar los derechos fundamentales de los pacientes al proteger y
no divulgar la información de la vida del paciente y sus parientes, incluso
después de que éste fallezca. Ésta obligación ética con el paciente inicia
desde el momento de formación en la profesión de médico o de personal de salud.
A la hora de tratar a un paciente el médico recoge información de diferentes
formas a lo largo de su ejercicio profesional, ya sea de forma directa mediante
lo que el paciente le cuenta o indirecta, por lo que sus familiares dicen o por
lo que él ve.
Desde la creación del juramento hipocrático el secreto
profesional ha hecho parte fundamental del ser médico y de la manera como se ha
ejercido la medicina a lo largo de la historia.
En la actualidad vemos reflejada la gran importancia de
esto mediante el juramento que recibimos al graduarnos, que hace parte de la
declaración de Ginebra de la asociación médica mundial.
A nivel nacional Colombia tiene múltiples leyes acerca de
ética médica y que cobijan al secreto profesional, como son los artículos 2,
34, 37, 38, 39 y 74.
El secreto profesional es tan importante debido a que
primero le brinda confianza al paciente, segundo no le produce ningún daño
moral o físico y por último se respeta el derecho que tiene el paciente a la
privacidad.
Es fundamental entender que el secreto profesional no es
algo que sólo los médicos estemos éticamente obligados a guardar, sino también
múltiples profesionales como periodistas, bacteriólogos, odontólogos o abogados
que están ligados de manera muy estrecha a la intimidad de las personas o de
los seres que las rodean. El secreto profesional debe guardarse para no atropellar los derechos
fundamentales de los seres humanos.
Particularmente en la medicina tenemos una gran
dificultad hoy en día debido a la gran complejidad, tecnología, mecanismos de
consignación de la historia clínica y equipo multidisciplinario con los que se
trata un paciente, ya que por su gran capacidad de abarcamiento se genera con
mayor frecuencia filtración de la información
y pérdida de la intimidad del paciente.
La mejor manera de evitar esta violación de derechos del
paciente es informando y educando a todos los vinculados con el paciente a
guardar el secreto profesional, el médico debe ser parte fundamental del equipo que promueva el respeto por la
intimidad del paciente.
A la hora de hablar de la historia clínica debemos
aclarar que como lo dictan los artículos 36 y 37 ésta le pertenece al paciente
y se requiere su autorización para consultarla.